el principio
Mi idea no es molestar. Ni llenar tu correo de mis palabras, que no puedo moderar, ni cuando estoy feliz y agradecida, ni cuando estoy triste, asustada.
Y me gusta la idea de tener un pequeño espacio de mi devoción para hablar a mis anchas de ti y de lo que me causas, sin que alguien más tenga que aguantar mis frecuentes pancartas con las que salgo a la calle, mis carteles grandes, blancos con letras negras y gruesas que gritan conmigo "estoy enamorada de ti".
Parto con las palabras de este fin de semana, de lo que se fue porque ya es lunes. Es un poco de mentira llamar lunes a las 0:12 como dice el reloj de mi computador, porque todos sabemos que es domingo todavía, que no es lunes sino hasta que sale el sol del lunes, o la luz que llegue de él, aunque sea breve. Una cosa más que me gusta del invierno es la sorpresa. Sabemos que hará frío en la mañana y en la noche, sabemos cuando lloverá, sabemos que después de llover, el espectáculo del cielo limpio y de las estrellas claras son el indicador de un frío terrible, inminente. Pero nunca sabemos si mañana va a amanecer nublado o si va a haber mucha luz, de esa brillante y pegajosa que es del sol de invierno. No como en verano, que da lo mismo la noche, porque siempre habrá sol y calor al día siguiente, rara vez una nube nos des.rutiniza, rara vez se produce magia climática en la noche...
Fue un triste domingo, amor, lo sabemos, lo pasamos mal. Y no quiero seguir recordando estas cosas porque me siento acogida por la magia de la noche de invierno que trae las transformaciones más inesperadas en quienes tenemos un poco de corazón para, a nuestra vez, acoger al invierno desde su corazón. Sé que mañana te veré, sé que te daré todos los abrazos que quiero darte ahora mismo y desde que me despedí de ti, y eso me lleva a dormir tranquila. Ya puse el despertador, y mi mano sigue pensando que está tomada por la tuya, de cuatro deditos en tu mano, como con los niñitos. Me encanta que me tomes así.
Cuando sonríes, sonreimos los dos. Cuando hay presión, son los nervios de los dos. Cuando hay un dolor nos duele a los dos. Y mientras seamos los dos, siento que todo tiene una luz más adelante, que a todo podemos llegar, que todo lo podemos conseguir, que siempre nos podemos levantar. Que no hay un final, ni un atisbo de él, ni las ganas de él. Todo es sueño, es luchar, y es creer. Especialmente creer. Creer que sólo faltaba vernos para caer a los pies del otro, que mientras más hablamos, más se entrelazan nuestras vidas, que siempre hay algo más que decir, y algo más que soñar. Creer que esto no es una nueva rutina, creer que es especial, que es diferente, que produjimos un cambio el uno en el otro. Quizás porque no me conociste antes no te das cuenta de lo feliz que soy ahora, de lo completa que me siento, y sólo te queda creer, creer en mí, creer en que eres la luz de cada uno de mis parpadeos, creer que vienes a hacer tangible un montón de sueños deantes, que cuando te abrazo, abrazo todas las veces en que antes dije "ojalá que..." Creer que me emociono con tu piel, creer que me quiero memorizar tus lunares, creer cuando te hablo, creer que con un beso me tranquilizas por completo, y con otro me enciendes de la nada. Creer que mi corazón vive en tu cuerpo, que si no estoy abrazándote, mi sangre no corre. Creer que encontraste a alguien especial. Creer en mí. Creer que escribo por ti, y para ti, y creer en lo que escribo, en lo que te escribo.
Creer que te amo, que estoy enamorada a un punto de riesgo vital, que quiero hacer de mi vida la nuestra.
Creer en que aprendí a reconocer los matices de tus silencios. Creer cuando te digo que me duele ese tipo de silencios tuyos, los de la distancia. Creer cuando te digo que ya todo está bien.
Te amo Rober. Créeme...
Y me gusta la idea de tener un pequeño espacio de mi devoción para hablar a mis anchas de ti y de lo que me causas, sin que alguien más tenga que aguantar mis frecuentes pancartas con las que salgo a la calle, mis carteles grandes, blancos con letras negras y gruesas que gritan conmigo "estoy enamorada de ti".
Parto con las palabras de este fin de semana, de lo que se fue porque ya es lunes. Es un poco de mentira llamar lunes a las 0:12 como dice el reloj de mi computador, porque todos sabemos que es domingo todavía, que no es lunes sino hasta que sale el sol del lunes, o la luz que llegue de él, aunque sea breve. Una cosa más que me gusta del invierno es la sorpresa. Sabemos que hará frío en la mañana y en la noche, sabemos cuando lloverá, sabemos que después de llover, el espectáculo del cielo limpio y de las estrellas claras son el indicador de un frío terrible, inminente. Pero nunca sabemos si mañana va a amanecer nublado o si va a haber mucha luz, de esa brillante y pegajosa que es del sol de invierno. No como en verano, que da lo mismo la noche, porque siempre habrá sol y calor al día siguiente, rara vez una nube nos des.rutiniza, rara vez se produce magia climática en la noche...
Fue un triste domingo, amor, lo sabemos, lo pasamos mal. Y no quiero seguir recordando estas cosas porque me siento acogida por la magia de la noche de invierno que trae las transformaciones más inesperadas en quienes tenemos un poco de corazón para, a nuestra vez, acoger al invierno desde su corazón. Sé que mañana te veré, sé que te daré todos los abrazos que quiero darte ahora mismo y desde que me despedí de ti, y eso me lleva a dormir tranquila. Ya puse el despertador, y mi mano sigue pensando que está tomada por la tuya, de cuatro deditos en tu mano, como con los niñitos. Me encanta que me tomes así.
Cuando sonríes, sonreimos los dos. Cuando hay presión, son los nervios de los dos. Cuando hay un dolor nos duele a los dos. Y mientras seamos los dos, siento que todo tiene una luz más adelante, que a todo podemos llegar, que todo lo podemos conseguir, que siempre nos podemos levantar. Que no hay un final, ni un atisbo de él, ni las ganas de él. Todo es sueño, es luchar, y es creer. Especialmente creer. Creer que sólo faltaba vernos para caer a los pies del otro, que mientras más hablamos, más se entrelazan nuestras vidas, que siempre hay algo más que decir, y algo más que soñar. Creer que esto no es una nueva rutina, creer que es especial, que es diferente, que produjimos un cambio el uno en el otro. Quizás porque no me conociste antes no te das cuenta de lo feliz que soy ahora, de lo completa que me siento, y sólo te queda creer, creer en mí, creer en que eres la luz de cada uno de mis parpadeos, creer que vienes a hacer tangible un montón de sueños deantes, que cuando te abrazo, abrazo todas las veces en que antes dije "ojalá que..." Creer que me emociono con tu piel, creer que me quiero memorizar tus lunares, creer cuando te hablo, creer que con un beso me tranquilizas por completo, y con otro me enciendes de la nada. Creer que mi corazón vive en tu cuerpo, que si no estoy abrazándote, mi sangre no corre. Creer que encontraste a alguien especial. Creer en mí. Creer que escribo por ti, y para ti, y creer en lo que escribo, en lo que te escribo.
Creer que te amo, que estoy enamorada a un punto de riesgo vital, que quiero hacer de mi vida la nuestra.
Creer en que aprendí a reconocer los matices de tus silencios. Creer cuando te digo que me duele ese tipo de silencios tuyos, los de la distancia. Creer cuando te digo que ya todo está bien.
Te amo Rober. Créeme...
2 Comments:
Le creo, y me siento honrado de su dedicación... es difícil de entender a veces lo que nos pasó, lo que nos pasa... mientras siga amasando la realidad y la irrealidad como si fueran pancitos para el desayuno, nos seguira pasando.
d.dddd.ddd.dd..d- -b..bb.bbb.bbbb.b
(&D)
La amo, me encanta cuando se le escapan las sonrisas... y no se preocupa de detenerlas, que caminen, que se vayan, que viene otras detrás, muchas más...
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