viernes, octubre 06, 2006

bigotes

He estado distraida. He estado poco avispá, lo sé... sé que estás pasando por momentos críticos, de mucho trabajo y mucha tensión, y yo he estado en otra, verdaderamente en otra. Disculpe mi falta de tino hacia su persona, el poco regaloneo, el poco conversar, el escuchar a pedazos no más, es que mi gatito ocupa toda mi atención... difícil repartición de atención, entre mis dos cositas lindas !
Ahora él duerme en su jaula-habitación, en lo que he denominado la UCI de mi pieza. Logramos darle su primer medicamento (uno de miles) que era un cuarto de pastilla disuelta en un poco de agua, con una jeringa para que se la bebiera-tragara. Le tengo la lámpara prendida, pero agachada para que la luz sea tenue y he tratado de que los cabros chicos no griten, no corran por las escaleras, no toquen guitarra tan fuerte... cuesta ene...
Tiene que tomar cuatro medicamentos, uno es cada ocho horas y los otros son cada doce. Uno es un analgésico, otro es para evitar que vomite -y pueda alimentarse-, otro le ayuda a recubrir su sistema digestivo: que no le den úlceras, y otro es un estimulante del apetito. Finalmente, debe seguir una dieta consistente en arroz cocido con pollo y zanahora, sin sal, y todo hecho papilla.
Pero lo más más importante, es el cariño: hablarle, regalonearlo, estimularlo para que sepa que todos estamos con él, que nos preocupamos, que lo queremos de vuelta, que lo queremos sano. Creo que este fin de semana le hacen la radiografía, porque tiene una dislocación del fémur a la altura de la cadera, sino una fractura, y un hematoma que empieza en la mitad de su guata y sigue hasta donde termina el gato. ¿Se ha fijado que los hematomas son como arcoiris? Varían del morado al azul, del rojo al naranjo, e incluso toman tonalidades verdes y amarillas... si no fuera por la tranquilidad que siento hoy, no estaría haciendo esta observación, amor, sabes que estuve muy triste, muy preocupada, no lo podía creer. Pero me mantuve firme, tranquila, hasta que me llamaste y te conté. Fue la única vez que lloré, no pude antes, estaba como en shock, y contarte fue mi forma de salir de darme cuenta que de verdad mi gatito estaba mal, en riesgo vital, que no sabían si iba a pasar la noche, esa primera noche cuando no tenía sensibilidad en su pata derecha ni en su cola, y cuando botaba tanta sangre. Gracias por preocuparse de él, por entender la inversión en sus tratamientos y cuidados, por entender qué significa el gatito para mí y para todos nosotros.
Gracias por recibir mi preocupación a pesar de todo aquello que le embarga a usted al mismo tiempo, por darme un abrazo, por acompañarme a visitarlo, por mandarle saludos. Gracias por entender... Yo estoy más tranquila, mucho más, y feliz con mi labor de enfermera, recordando aquellos días en que quise ser veterinaria como todo cabro chico. Ahora estoy entegada a mi labor, y sin esa preocupación tan fuerte en mente, le entregaré también a usted la atención y el tiempo que se merece, que le debo, que amo darle. Fuerza con el tiempo que queda, yo siempre estaré para darte mis opiniones cachirulas sobre tus edificios y habitaciones y parrones y rayitas. Para tirarte uno que otro beso mientras trabajas, para escuchar tus diatribias y entenderlas, para cortar cartoncitos, para comprar materiales, y para amarte foerver and ever. Y tú, por favor, por favor !! pégame un par de empujones cuando me veas demasiado ociosa, porque ahora creo que ya sé lo que debo hacer, sólo debo hacerlo.
Teamo millones, preciosura!