martes, agosto 07, 2007

bitácora . día siete

Amoremío, pucha, no me pilló hoy en la red, es que andaba adquiriendo mi libro-biblio-guía en San Diego… me costó más caro de lo presupuestado, pero bueno, al fin lo tengo en mis manos, y ya le puse mi nombre con uno de mis lápices favoritos. Sabe que las zapatillas suyas están muito belas, no me había fijado que decían “chile 62”, ahora me parecen un poco reliquias, y le entiendo que son casi de colección, aunque me da risa que tenga orejas. Tiene que cuidarlas entonces pos vidamía.

Yo estoy empezando a sentirme un poco rara: abrazar una foto y ponerla bajo la almohada se me hace poco, quisiera que estuviera conmigo, un día al menos, antes de que pase otra semana más, siento que tengo muchos detalles y frases cursis agolpadas adentro, que escribirlas no es lo mismo que decirlas, mirando sus ojitos horizontales, su mirada tranquila como lago, y ese bigote que incita a explotar las vetas humorísticas que todo chileno lleva dentro.

El viaje de hoy fue fome, no tengo nada que contarle. Ahh pero tomé a la Serpentina en brazos un rato, la llevé a que tomara sol de mi mano. Luego le metimos una lombriz gorda y apetitosa, y aunque la olisqueó con su lengüita, y se movió cerca de ella, no se la comió, provocando la semi decepción del Alvaro y mía; luego me apronté a salir, me veía muy bonita con mi chaleco nuevo, y me fui leyendo en el metro, pero como el libro me salió mais caro de lo que me habían dicho, me bajonié un poquito, no me dieron ganas de recorrer el centro y me devolví a la casa sin más ceremonia (los chocolates en cuestión –montóncoco- los vendían en la misma calle San Diego) hacía un sol brillante y un poco de calor, y me acaloré como corresponde, con mi chaleco nuevo, en el metro que venía bien lleno. Es como tan amplia la ciudad sin usted cosi, los espacios se agrandan mucho, las calles son más largas, o quizás yo me hago chiquitita, no sé bien. Al llegar quise escribir pero me salió poco. Vimos tele un rato con la Cami y de ahí bajé a hacer la salsa para los tallarines, usted sabe que no se permite mucho improvisar en esta casa, pero igual le eché merquén a la salsa y fíjese que se dieron cuenta pero que les gustó, eso es bueno. Pa’ la otra le pondré maní o algo así… qué fome es comer siempre lo mismo. Y después de la cena, ejem, o sea, ahora mientras le escribo (ya hablamos por teléfono) me tomo un vasito de pisco sour que quedaba en el refrigerador y que me hizo un guiño mientras cocinaba.

Vida… Quiero hablarte dormida, coisa, en un amanecer cualquiera, pronto y abrigado, y comprar verduras de tu mano, y volver a tomarnos una cerveza de noche con el ruido de mar de fondo. Quiero tenerte acá, monamug… No despierte tan temprano para que los días pasen pronto. Hasta mañana. Te amo.

Pd: la foto es de ayer, de la titulación del Yurito, ahí salgo con él, con la Glo y con otra amiga de la U: Montse, y la Paula estaba tomando la foto, a ella le mandé los Harry Potter 6 y 7 hace poco, para que los leyéramos y los comentemos despues, jeje . Linda foto, cierto? -háguele click y se supone que se verá mejor- Estábamos afuera de la sala donde se dan los exámenes de grado. Ay coisa, ya nos llegará el día de estar en lo mismo, y sonriendo así de amplio. Te amo coisa